La vida política es un manantial de despropósitos, la carnaza de los cargos públicos tiene excedente de buitres al acecho en busca de alimento que sacie la hambruna de la vanidad. ¡Qué tropa! Aunque no vale todo en política, todo vale en tal de satisfacer la lujuria del ego, y el cuerpo este ajeno de necesidades vitales para vivir en la holganza. Y los parados desamparados de defensas estoicas de estos indecentes que no constituyen el decoro de la civilización. Curiosamente viven en sus casas bajo techo, aunque tengan desahuciada la vergüenza.
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