Ayer, mi amigo, José Miguel Martínez Castelló, me regaló su libro: “Esperanza entre rejas” y abrí cuidadosamente sus páginas -pidiendo permiso para no molestar- y así poder conocer el mundo esclavo de la libertad. He leído su introducción y deja, el sabio, el menú que no sacia para adentrarte en el módulo de vidas con la cruz del sufrimiento y ajenas a una sociedad con la piel tersa. “El grado de civilización de una sociedad se mide por el trato de sus presos” (FIODOR DOSTOIEVSKI). Habla el sabio con pasión del Padre Ximo que fue su guía en este empedrado camino en el que pone luz a tantas sombras y le brinda a su madre el amor de un hijo con el que comparte el dolor de aislados de la sociedad y atados a la sensibilidad de la revolución de la ternura, como al Papa Francisco le gustaba llamar. Habla de su padre con la misma veneración porque los tres forman este comando cívico y social y le agradece a su mujer Lidia, el que le haya facilitado su labor y liberado de otras obligaciones sin olvidar el recuerdo entrañable de sus hijos, Alma y Pau. Enhorabuena y seguiré escribiendo de tu libro conforme vaya leyendo esta Biblia de miserias al descubierto. Un abrazo.
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