El ser humano es insaciable en ese afán de poseer todo aquello que no está a nuestro alcance. No nos satisface ni la propiedad de la vida, que es el mejor obsequio que tenemos. Nos falta adentrarnos más en el mundo del silencio, la meditación y profundizar sobre las necesidades básicas de la vida y expropiar el lamento de no gozar de otros gozos. El ser humano anda a gatas de la moral y enhiesto de moralina. Para aislarme de dramas, me sumerjo en la ideología del altruismo y encuentro en la mirada apagada una luz encendida y en el rictus de gratitud el silencio que conmueve. He aquí lo real, el compromiso que nos hacer ver para que estamos en este mundo y quizá el despertar para conocernos. Silencio.
Buenas tardes Don Evencio: Mejor gotas de filosofa que las arenas movedizas de la política. No hay comparación posible. Lo que escribe usted hoy tiene esencia, pero la política no atrae a los que pensamos que Don Evencio tiene mejores cosechas que ofrecer.
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarDebes Evencio ser más asiduo con esta forma de escribir porque deja las letras en la piel.
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