Los gobernantes del siglo XXI nos retrotraen a otros tiempos para obligarnos a encender la llama del CANDIL y así ver la oscuridad del mundo en el que viven. El aumento del recibo de la luz expropia a un socialismo carente de alma y provoca que se puedan encender otras mechas. La luz que más alumbra de pontífices del poder se ve en el latifundio de las colas del hambre. Apaga y vámonos.
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