Días de frío para no olvidar a los que viven a la intemperie
y al calor de los que todavía tienen alma y se acuerdan de ellos. Los
hay. Dureza extrema de un mundo que pensar en el sobrecoge y se ponen
los pelos como escarpias. Este colectivo es otra pandemia en el que el
laboratorio gubernamental vive al margen de la vacuna que necesitan: DIGNIDAD.
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