¡Ay! Es un quejido de un dolor
ante el apocalipsis de un mundo exiguo de sentido común. Cuando la pandemia del
COVID-19 está haciendo estragos a nivel mundial, nos faltaba que UCRANIA sea el
epicentro de una posible guerra que sería el final de los principios del ser
humano. ¿Qué faltará por ver?
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