La vida del “palmer@” trasgrede las normas de lo que no siendo ético,
expone sin rubor la cualidad de la memez. Semejante ramplonería es propia del
ingenuo, zonzo, y el que vive con el síndrome del apego, para despegarse de algo tan fundamental como el
criterio propio. La sintomatología desnuda la falta de
personalidad, dejando entrever la escasez de ella. Y cuando te quedas en
cueros, la piel se encoge de vergüenza.
Asomarse a las redes sociales causa estupor y vergüenza. Es flipar de ver la entrega de los incautos, es más bien de sectas que de partidos. Hay mucho ignorante por el mundo.
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