La marca ESPAÑA lleva el
cordón umbilical de la corrupción, y la
Infanta abanderada de un colectivo real. Como la vida misma. Y
además ahora pretenden que enseñe sus dotes de torera haciendo el famoso
“paseíllo”, el vía crucis de una imputación que trasgrede lo ejemplar y
transparente. Y la igualdad de todo mortal ante la ley, dicho sea de paso
tarde, y mal. Y Torres Dulce se quedará con el sabor de la amargura, y
Gallardón sin el aborto de excluir la rampa para evitar desigualdades.
Españoles estamos asi por culpa deunos banqueros y politicos corruptos y de un rey que no merece tal titulo
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