No sé si escribir esta tarde
de Kafka, del Moldaba que desemboca en el Elba, de física cuántica, del
psicoanálisis de los sueños o de las frustraciones de la vida. Aquí en el
estrecho laberinto de mi despacho, el pensamiento busca afanosamente en el
sendero del renglón el espíritu y la letra de la libertad. Y en esta tarde de
aguacero como diría Machado: Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados, sobre los campos, llueve. Invita la tarde a la
poesía, a socavar con las letras la profundidad del infinito de la literatura
en ese intento de descubrir lo eterno y al mismo tiempo que pueda ser
descubierto. Y la memoria me lleva al ilustre Pablo Neruda para dejar en la
humedad del folio, debido a la lluvia, el calor del lenguaje incomparable de una de sus
citas: “Quien descubre él quien soy
descubrirá él quien eres”. La tarde es pródiga en recuerdos y aliada con la calma, que mejor que
en ese Océano Pacifico sumergirme en la vida de San Agustín y recordarles una
de sus citas: “Que mi lector, si
comparte certeza, haga el camino conmigo; si comparte mis dudas, que busque
conmigo”, dejó también San Agustín las cinco razones por las cuales cree en
la existencia de Dios y argumenta el fundamento de la razón. Y metido en este
mundo boscoso de los ancestros y tierras áridas, llega de forma improvisada
Santo Tomás para en la despedida de la contemplativa tarde dejarnos la siguiente
cita: “La consumación última del hombre
consiste en un reposo perfecto del entendimiento y la voluntad”. Buenas tardes.
Como diria Jesus cuando le preguntaban
ResponderEliminarElias?
Lo tuvisteis delante de los ojos y no lo reconocisteis
El dia que esta ciudad se de cuenta del talento que contigo tiene, lo reconozca y se sienta orgullosa de ello, dejara de estar ciega
Al leerte has conseguido que mi pálida tez se vuelva roja. Y como Elias a veces vivo entre zarzas.
ResponderEliminarTranquilo, pues como Elias podras sufrir alguna herida superficial, que sanara pronto
EliminarPero nunca dejara de arder la llama demandando justicia en tu interior.
Esa sera tu cruz pero a la vez tu bendicion