El libro de la vida
siempre tiene páginas en blanco y negro. Si el trayecto es largo, impera lo
tétrico. Es el discurrir de la normalidad entre alegrías y penas, entre gozos y sombras, entre dolores que duelen. Estamos aquí en este precipicio
sin barrera, de momento. Y no estar debe ser la liberación del precipicio. Puestos a escoger prefiero la brevedad
para evitar amargos latifundios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario