El futuro del país
se cierne tenebroso entre lo político, social, moral, económico y espiritual.
Una amalgama de problemas que la pandemia del coronavirus y la mala gestión
gubernamental, dejan para la posteridad a una España entre ruinas. Deja también
el espíritu del esfuerzo, la entrega generosa y la lucha sin desmayo al
servicio de los enfermos del COLECTIVO SANITARIO que pasará a los anales de la
historia. Deja evidencias innegables de otros servidores públicos que merecen,
por derecho propio, el reconocimiento a la inestimable aportación de sus
trabajos y, de forma especial, quiero resaltar al colectivo de la limpieza que
son los pobres de la pulcritud y sus inmaculados servicios merecen letras limpias de gratitud. Ahora, entre fase
y fase, a recuperar la economía, a reivindicar la prudencia y a creer en Dios.
Creer en otras cosas es estar de espaldas a la realidad y vivir en la utopía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario