Menos
de 50 votos obtuvo la gestión de la Secretaria General del PSOE en la Asamblea
celebrada ayer. Es decir, reprobada. El siguiente paso la dimisión o la moción
de censura. Ximo Planells debe esperar para proclamarse Secretario General. Y
Andrés Campos debe atisbar el futuro incierto. Mientras Jesús Ros atempera el
tiempo de hostiles tiempos, y como siempre hace de la ambigüedad y la
imprecisión la forma que dará forma a su futuro político. Con tanto maleable
esta Agrupación necesita darse un chapuzón en las aguas balsámicas de aforados
criterios, y erradicar el tejemaneje y gatuperio.
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