Frío y calores van
conjugando los días y se refleja en los partidos políticos, en los políticos
que pretenden aterrizar en la política y en los políticos que tienen un pie
fuera de ella. Pero nadie muestra un ápice de elegancia, de saber estar y de
entender que nada es eterno. Solo se ve la vehemencia, la falta de respeto, de
educación, la ambición, la codicia y el silencio de las buenas formas. Es lo
que hay. Es decir, cero en inteligencia y sin ella se manifiesta un
submundo tenaz en lo cutre.
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