El nuevo presidente que salga de las urnas el día 17 de abril debe hablar a tumba abierta de la vida democrática interna en el partido, de soltar amarras del pasado, de fomentar la unión por la vía de la urgencia, de abrir las puertas de la tolerancia, hacer de la calle el despacho y no hacer del ostracismo la morada de los jóvenes. Apremian estas normas básicas. Si estas premisas no se dan no estará todo perdido: siempre quedará la oposición. En cuyo caso, el día 17 habrá que felicitar a Jesús Ros.
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