España en ebullición entre mociones, tránsfugas, traiciones y egolatrías desmedidas. Un esperpento que cuesta verlo y creerlo. Poco le importa a la clase política la pandemia, los parados, los autónomos, las colas del hambre, el lento proceso de las vacunas, los muertos y los vivos. Prima el interés personal sobre el pueblo. Vergonzoso.
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