Más de cuatro
millones de parados y muchos inútiles que nos gobiernan viviendo en la elite
con salarios de privilegio. Deberían conocer las colas del hambre para mitigar
la codicia los depredadores de la buena vida. No hay conciencia.
El Emérito no tiene perdón posible porque sus actuaciones trasgreden los principios morales y éticos de un Jefe del Estado. La justicia es igual para todos. Indigna verlo en paraísos de Abu Dabi cuando son muchos los ciudadanos que duermen con el cielo de techo y la limosna. Subleva esa prepotencia inadecuada que no tiene defensa de ningún tipo y nos muestra una monarquía obsoleta. La República llama a la puerta.
La pandemia sigue su curso que no es otro que matar, el Gobierno en su línea ordenada de desorden y la sociedad pagando su cuota de responsabilidad entre fiesta y fiesta. La España bananera mostrando lo que es.
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