ESTABA SOLA
Estaba sola,
sentada en la silla de anea,
con el pañuelo negro en la cabeza,
guardando en silencio el luto de atronadores
ruidos.
Estaba sola,
la mañana era triste,
en su recuerdo el silbido de las balas
se adueñaba la soledad de su vacío.
Estaba sola,
mirando al río
y a la bravura mansa del cauce seco
estaba sola con su delirio.
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