Me tomé ayer un café con ENCARNA REDÓN, veo a ENCARNA más ecuánime, comedida, sin dejar de ser ENCARNA. Más reposada. Más abierta a la claridad del día. Con el poso de los años en la batalla, y con un sentido de las cosas realista. Y me alegro de haber compartido un tiempo agusto con ella. Es un placer, amiga.
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