Hay un cambio sustancial en ANA PENELLA desde sus inicios al día de
hoy. Esta Ana es sumamente distinta y, si en su día fui crítico con ella, ha
llegado la hora de reconocerle su cercanía -algo
que en la derecha es milagroso- y formas que hacen de la proximidad lo que
no aleja. Si todos tuvieran esta vocación de rozar la piel del ciudadano,
seguramente no estaríamos haciendo cábalas
en torno al ganador de las elecciones, porque si importante es saber
gestionar -aunque no se sabe vender-
el pulso de la calle, eso es fundamental para ganar. Has cambiado y me has hecho cambiar. LO NO FRECUENTE.
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