Me ocupa la tarde entre el
galimatías de las letras y el orden de las mismas para poder comunicar alguna
cosa de la nada. Y se me ocurre, en las puertas de Semana Santa, decirle adiós
a María Luisa Martínez Ros en sus vacaciones
en la semana de pasión y rescatada la libertad, disfrute de la anchura de
estrecheces.
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