Excelente la comida de ayer
rodeado de personas embalsamadas de humildad de la vida política. Solos ante el
peligro y con el aliento de quien ya lo pierde. Una delicia compartir momentos
que alargan el compromiso de la ilusión y la esperanza. Unidos en el esfuerzo e
incipientes en el mundo que devora todo aquello que se mueve, ¡Quedaros
quietos! Pero de cobardes no se escribe
la historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario