Estaba aquí tranquilo y de
pronto me acuerdo de ti -que no estabas
olvidada- y decido, para desentumecer la tarde, dar rienda suelta a la
vorágine de juntar letras y ver el interés que devenga la inversión para poder
compartir algún momento que siempre merece gratitud. Seguro que cámara a
cuestas, harás de la imagen lo que nunca pueden hacer las palabras, y a pesar
de la desventaja, querida amiga, mi empañada lente de la inteligencia solamente
trata de saciar la imagen del ayer para que el mañana pueda vivir el recuerdo.
Me embarga lo vivido y me hipoteca el sentimiento del afecto que brota con
fuerza cuando azota la sequía de la ternura. A veces la caricia de la palabra
es el imán que no separa la razón.
Està donde estâ por..., por eso pobre candidata PP, con una aprendiz de periodismo que no sirve ni para repartir prensa gratuita.
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