El mundo de la política no
es el epicentro donde fluye el talento, la nobleza, el señorío y, mucho menos,
la lealtad. Características estas que se dan en tu persona y que merecen un
alto en el camino para valorar tan prodigioso botín. Tener altura y vivir en la
acampada de la política es digno de aplaudir y sobre todo, haciendo de la
naturalidad el ejemplo que diluye el ego y la vanidad. Te sales de los cauces
de la normalidad para vivir y habilitar en el espacio que no ocupas. De ahí que
este lego descubra en ti un caudal de integridades que en la vida política no tiene precio. Es
posible que en otro partido fueras una opción preferente, pero lo que te hace
grande es la lucha desde la pobreza para conseguir la fortuna sin dilapidar la
dignidad. Mi admiración amiga.
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