miércoles, 4 de marzo de 2015

MARÍA JOSÉ GILABERT

El mundo de la política no es el epicentro donde fluye el talento, la nobleza, el señorío y, mucho menos, la lealtad. Características estas que se dan en tu persona y que merecen un alto en el camino para valorar tan prodigioso botín. Tener altura y vivir en la acampada de la política es digno de aplaudir y sobre todo, haciendo de la naturalidad el ejemplo que diluye el ego y la vanidad. Te sales de los cauces de la normalidad para vivir y habilitar en el espacio que no ocupas. De ahí que este lego descubra en ti un caudal de integridades  que en la vida política no tiene precio. Es posible que en otro partido fueras una opción preferente, pero lo que te hace grande es la lucha desde la pobreza para conseguir la fortuna sin dilapidar la dignidad. Mi admiración amiga.

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