Las transformaciones
económicas y sociales necesitan Gobiernos de altura libres de casposos pasados,
encasillados con retóricas banales y
vendedores de esperanzas en la cuneta de sombras ocultas. El resurgir de la
izquierda en Torrent abre una vía de confianza, y en ese proceso de integración
se puede constituir un bloque potente en el que se consolide ese proceso de
unificación. La derecha, con su política aristocrática y caducada, ha hecho
posible el viraje a la izquierda y a la lianza que hará posible que las
políticas sociales sean el oxigeno para evitar que el pueblo no muera
asfixiado. Ese auge político que emana de distintos sectores de la sociedad
debe constituir un cambio profundo que signifique una auténtica revolución
social y cultural. Los pueblos tienen derecho a tener un futuro digno y la derecha no es
la garantía de esa dignidad.
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