En el día de los
“pardillos” Enrique Campos subió al
cielo para bajar a las profundidades. Se prestaba “la inocentada” y además sirvió para que a
Paco Cubas lo hicieran Embajador, que no es cualquier cosa. Acabada la broma
recuperamos lo serio y desde este blog les deseo a ambos un feliz año y que no
falten mociones y enmiendas. Eso sí, traten de enmendarse.
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