Colea el debate y
hay opiniones para todos los gustos, especialmente para el fanatismo aliado de
la ceguera. Si hablando se entiende la gente, aquí la ecuanimidad brilla por su
ausencia. Según con quien hablas se atribuye el triunfo sin reparar en que no
todos fueron ganadores. En la globalidad diría que fue ramplón, con escasa
altura de los candidatos y el que haya visto otra cosa que la cuente que será
respetada su opinión.
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