Después de perder dos
ELECCIONES GENERALES y las debacles de Galicia y Euskadi, atrincherarse en el
fracaso rompe los esquemas del más puro sentido democrático. El
éxito de tantos fracasos abre la puerta de quien es adicto a la derrota. Punto
y aparte merece el PARQUE JURÁSICO del Partido Socialista convertidos en el
perro del hortelano, que ni comen ni dejan comer y hora es de que disfruten de
la jubilación. La regeneración se impone por un cataclismo que ha deparado una
guerra fratricida.
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