Los refugiados siguen
viviendo en la intemperie de conciencias del mundo “civilizado”. Viajan sin
encontrar el camino en el que al final del trayecto puedan encontrar la
dignidad que cualquier ser humano merece. “Caminante, no hay camino, se hace
camino al andar”. ¿Qué diría Machado si viera vagar y deambular a mujeres, hombres y niños que no hacen camino
al andar? Es inmoral el abandono con los
viajeros del hambre, el dolor y la muerte. Subleva la falta de solidaridad.
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