jueves, 18 de agosto de 2011

EL TOPO

No hay que subir muchas plantas en el Ayuntamiento para darse de bruces con el TOPO. Este quijote que tiene su Sancho es un personajillo introvertido, distante y pasea la aureola de la indiferencia. Un cúmulo de virtudes puestas al servicio de los "compañeros". En ese estatus trascendente vive días de rosas y vino para hacer de la honestidad la escatología del ser humano. Si esa es su gloria, ¡MENUDO INFIERNO!.

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