domingo, 28 de agosto de 2011

MARIO, TIERRA FERTIL Y MISERIA

Está MARIO sentado en una dura piedra al borde de la tierra fértil y palpando la miseria. Me encuentro a este rumano de 33 años en la playa de Pinedo desnudo,vestido, sucio y limpio inmaculado. Su mirada de tristeza invita al acercamiento y al interés del ser humano. Vida caótica que da comienzo a los dos años cuando su madre lo abandona, a partir de aquí su vida remueve la conciencia de cualquiera que sea capaz de mirarle la cara.

Sin patria sin pan y sin techo es un artículo que escribí hace un tiempo, y que bien se puede aplicar al amigo MARIO parara establecer un punto de encuentro y desencuentro. Vive entre la maleza de la playa y duerme bajo la colcha de un pequeño pino. Me gusta para mi ese lugar, pero no me gusta para él, pues el ser humano merece la dignidad como tal, y no la hostilidad acogedora de lo que no es humano.

Su aspecto denota a primera vista la de ser una buena persona, cuando se establece un contacto se confirma la primera impresión. El día que le conocí me volvía a casa y tuve tiempo de lo que la vida le niega. ¿Para que puntualizar? Me marche con ganas de volver. Al día siguiente, a la misma hora y en el mismo lugar allí estaba el bueno de MARIO, me lo llevé y almorzó ¿Cuantos días llevaría sin almorzar? Verlo comer era saciarme, verlo beber era quitarme la sed, y cuando se tomo el café miraba a hustadillas a una cajetilla de tabaco que tenía encima de la mesa, le ofrecí un cigarrillo y cuando lo encendió me pedía el cuerpo encender el mundo.

No encuentro trabajo me comentaba, le abrí la espita del diálogo y el entendimiento, simplemente el trato que merece el que auspicia desmerecimiento, hay cosas en la vida que no confunden. Me puso a prueba las lagrimas cuando me preguntaba ¿mañana vendrás?, como para no volver, mi esposa que tenía la misma sensación que yo, se encargó de comprarle algunas cosas y pude verlo como se duchaba para yo quedarme limpio.

Me pregunto un sinfín de cosas, todas tuvieron respuesta, yo comedido no quise hurgar en el dolor. Le pregunté: "MARIO, ¿Y que harás en el invierno?" Y me contesto: "Me quedaré aquí en la playa". Hace calor y estaba pensando en el frío que puede pasar al lado del mar y las penurias. MARIO es una persona tímida, y verse sentado alrededor de una mesa, deduzco que es un mundo para él, y poder hablar con alguien, ¿se imaginan ustedes? MARIO no leerá lo que estoy escribiendo, pero puede tener la seguridad de que mi mesa será su mesa, y mi pan el suyo.

9 comentarios:

  1. Este post es digno de un sombrerazo, amigo mio me encanta como escribes, y me maravilla lo que haces, ya sabia alguna cosa, pero es que invitas al aplauso. Felicidades y decirte que perteneces a otro mundo.

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  2. Evencio: Rompes los esquemas. Es una pasada, cuantos tendrían que aprender de ti. Es un lujo poder leerte.

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  3. Even, lo que narras de Mario, es una leccion digna de lo que eres como persona, un abrazo

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  4. Después de las vacaciones invierto el tiempo que me queda en leer el BLOG de Evencio y el UNIVERSO INFORMATIVO, y ya veo la productividad del maestro, pero este post de MARIO invita a la admiración de este Evencio grande, espero sigas en esa línea de altura.

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  5. Para admirar y ser admirado

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  6. Lo dicho, amigo Evencio. ¡Si no existieras habría que inventarte!
    Esta descalabrada sociedad necesita personas con tu talante humano.

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  7. Más que digno, DIGNISIMO.

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  8. Migajas para acallar conciencias a los que todavía les queda, Mario y todos los Marios repartidos por España, volveran a estar sucios y hambrientos todos los días y en su vida y en la tuya quedó la anecdota de un par de días en Pinedo, Mario te proporcionó tu minuto de gloria publicado y alabado, por "dignarte a hablar con él, un almuerzo y una ducha"
    No es mi intención reprochar tu actitud,ni cargar sobre tus espaldas el peso de dicha situación, sino reprochar la actitud de los que ven algo excepcional en ella,será porque ellos no harían ni eso, no tienen ni conciencia que acallar y ese es el mal actual de la sociedad.
    Loable es la actitud de Vicente Ferrer, que no comparte su pan, dedica su vida, lo demás es simple generosidad que ante la insensibilidad e inmoralidad del resto aparece como un gran gesto cuando debería de ser normal.

    Espero que quien lo lea reflexione y aumente su generosidad, como algo normal que es lo que debería ser, el sucio y hambriento no eligió vivir así, la sociedad lo puso ahí y podría haberte tocado a tí.

    Un saludo Evencio, en la casi certeza que compartirás mi opinión.
    Fdo: Torrenti

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