Seguramente
Enrique Carratalá se habrá dado cuenta de que el talento a veces sirve para que
vivan los que no lo tienen. La formación
y la capacidad es sinónimo de miradas torvas y marginación. Quienes viven
en la inseguridad, quieren estar seguros de tener compañeros de viaje, a ser
posible mediocres, para mantener el
estatus que dejó la providencia. Cruda y real historia que puede aprovechar
para no ser servidor de quienes deben servir. Buen día y un saludo.
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