Si María José Catalá no echa
una mano a Amparo Folgado, el PP tendrá serias dificultades para subsistir con
la dignidad próxima a la mayoría. Aunque en Valencia tiene su particular
polvorín que necesita cuidados intensivos. Aun así su apoyo es fundamental para
resistir en estos tiempos convulsos, y sobre todo los que vienen. En las
anteriores elecciones las dos se partieron el cobre, y dejaron el listón muy
alto, en las próximas no es aconsejable
la soledad.
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