Estamos en manos de unos “hijos de la gran puta” que ponen los
pelos como escarpias. Son
desaprensivos por naturaleza y viven en la holganza de saciados lujos. Cometen errores privados y los transforman en una cadena colectiva para
que pague el justo por el pecador. Es un consorcio de especialistas de la
economía que seguramente han estudiado en Harvard y habrán hecho algún máster
en Oxford, para llevar al mundo a su fin. La globalización del neoliberalismo
es la creencia a ciegas del vínculo
entre la mierda y la poca vergüenza, y ante tanta sucesión de deslices habrá
que encomendarse a la justicia divina, o al famoso título de un libro de Ortega
y Gasset: “LA REBELIÓN DE LAS MASAS”.
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