A Pablo Iglesias le
corresponde una subvención estatal de más de un millón de euros por los votos
obtenidos en las europeas. ¿Quién dictamina la cuantía de semejante regalo a
favor de los partidos políticos? Pues los propios partidos políticos. En plena
crisis de austeridad, el Gobierno continúa otorgando suculentas dádivas a los
partidos. No existen controles ni debates. Todo se hace con descaro. Ellos se
lo guisan y ellos se lo comen. En lugar de vivir de las cuotas de los
afiliados, el 90% de lo que gastan los partidos lo pagan los ciudadanos a cargo
de los impuestos con que los políticos sangran los bolsillos del contribuyente.
Un escándalo. Un completo escándalo que no solo no se ha moderado con la crisis
sino que se acentúa cada año. Los partidos políticos se han convertido en un
negocio y sus dirigentes anteponen casi siempre el interés partidista al
interés general. De ahí el rechazo popular contra los partidos políticos,
instalados en el tercer lugar entre los diez grandes problemas que agobian a
los españoles.
Pablo Iglesias ha dado
una soberana lección al renunciar a la dádiva que, en forma de subvención
electoral, se han otorgado a sí mismos los partidos políticos en las elecciones
europeas. El controvertido dirigente ha sido consecuente con sus ideas y ha
dejado en la picota a los otros partidos que se han apresurado a extender las
manos pordioseras para recibir la limosna de la subvención por voto conseguido.
Socialistas, populares, comunistas, centristas y periféricos callan como putas
y continúan genuflexos para favorecer el trato y beneficiarse de las pingües
subvenciones acordadas. Pero Pablo Iglesias los ha dejado en evidencia. A
todos. Luis María Anson.
Pero vosotros como sois tan listos,sabéis que el chico ,ya tiene su subvención de Venezuelaaa,cubaaa y algún país árabe,esos países tan democráticos que el quiere tanto.
ResponderEliminarMenuda casta de enredadores
Tu si que eres un enredador, ¿puedes explicar eso de Venezuela, Cuba y algún país árabe?.
EliminarEres prepotente y altivo en solo tres líneas. A ver si te crees que con repetir lo que dicen los fachorros en la TV es suficiente. Hay que estudiar las cosas y hablar (en este caso escribir) con conocimiento. Y si además eres capaz de hacerlo con humildad y no parecer el típico que tira la piedra y esconde la mano, pues entonces, a pesar de no pensar lo mismo que tú, tendrás mi aplauso, ya que creo que no hay nada mejor que cada uno piense lo que se salga de los ........., pero siempre con humildad