La oposición en el
Ayuntamiento de Torrent suena a vacío, al eco de aforados a la indolencia. Más bien preocupados por el momio, la
selectividad del bocado y el futuro. Viven políticamente en la altura de la
planicie. Y limitados para ejercer
cargos públicos, no es que sobre, es que no hacen falta.
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