Con el nacimiento de
Podemos, la abdicación del Rey y las manifestaciones de marcado acento
republicano, el pueblo despierta de su letargo. Mejor que cloroformizado. Es la fórmula emprende de la regeneración
de la vida política, de ponerle alas a la libertad y de que la democracia tenga
sentido. Lo que no tiene sentido es soportar un bipartidismo licenciado en la
corrupción, y haciendo posible que el pueblo sufra la metástasis del hambre,
entre la realidad y la utopía, prefiero soñar.
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