Se acaba un año de
dificultades y procede desear a todos un año próximo lleno de prosperidad, en
el que a nadie le falte el trabajo y el techo. Se impone el recuerdo a los dependientes, desahuciados, parados,
victimas del metro, enfermos de hepatitis “C” y pensionistas. Que el año que
comienza puedan superar sus problemas y vivir con la dignidad que merecen.
Y no se olvida el mundo de la corrupción tan proclive en esta España de “Jauja”,
“rinconete y cortadillo”. No se
olvida a un Gobierno timorato y timador, el apocamiento del PSOE y el
advenimiento al mundo de la esperanza de Podemos. FELIZ AÑO A TODOS.
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