“La derecha podrida” y “Café
y charla con Jesús Ros” establecieron un record de entradas en el blog y
discrepancias de carácter interno de amigos del fanatismo. Pero bueno es que
haya discrepancias porque de ellas se aprende. Erguidos los dos post y con un día en el escaparate de ávidas
miradas, no dejan lugar a dudas de que no tienen chepa ni torcidos sus
renglones. Vendrán otros con la misma claridad para evitar su soledad. Otros
avalados por la independencia, la libertad
y pensando siempre en vestir con las mejores galas el desnudo folio
blanco. Otros recordando la imparable corrupción de decentes por el mundo y
otros para no olvidar que este Gobierno hace aguas con el grifo cerrado.
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