Estaba haciendo una
reflexión de corto recorrido por aquello de la crisis y pensando que la derecha
de este país está podrida. Siempre quieren ser un referente de decencia y
buenas costumbres y se han instalado en la carcoma de la corrupción. No hay pudor
a la hora de desvalijar ni recato para mentir. Les invade la vulgaridad de la
que un día dije que eran populares y se lió parda. La verdad aunque duela.
Nadie en su sano juicio puede defender lo indefendible. Por cierto, Fabra aterriza en la cárcel de Aranjuez; que
lo reciban con el sublime concierto de Joaquín Rodrigo. ¿Habrá fin a las malas conductas de los buenos?
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