Esta mañana me ha regalado
un amigo el libro del título que ilustra el post. Una antología de poetas
hispanoamericanas de hoy. POESÍA. Y
como de agradecidos es ser bien nacido, que haya constancia de mi gratitud a Salvador. Siempre el libro es el
alimento que sacia agonías del alma insatisfecha, que diría Federico García
Lorca. Y en el recuerdo Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa, que estando prisionero en
la Siberia, alejado del mundo, pedía socorro en carta a su familia y decía: “¡Enviadme
libros, muchos libros para que mi alma no se muera!” Hoy la mía vive entre el júbilo
y el agradecimiento.
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