Raramente se encuentra uno
con personas amables, sensatas y sensibles. Esta mañana he compartido un café
con Chelo de Corazones Abiertos y se han dado esas premisas, sin prejuicio de
hacer otras valoraciones, que serian el culmen de excepciones de la regla.
Chelo es un manantial de iniciativas que proyectan su mundo de buenas
intenciones, sin más objeto que hacer bien y dedicar su tiempo a los que no
encuentran el suyo. Merece el aplauso, la admiración y el respeto a un trabajo
que en este post encuentra el pequeño reconocimiento, que poca cosa es porque
lo grande lo pone ella. Enhorabuena.
La gente buena da felicidad. La gente mala da experiencia.
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