Esperemos que en los
próximos comicios, se afiance el sentido de la responsabilidad de los políticos
y la honradez. Dos normas que configuran la piel del sentido común. A veces en la orfandad de prioridades. La
credibilidad de un Gobierno depende de su trabajo, su esfuerzo, el espíritu de
superación y la recuperación del valor de los valores. “Ningún pueblo cree en su Gobierno. A lo sumo, los pueblos están
resignados” OCTAVIO PAZ,
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