Siempre he sido un fiel
admirador de Martín Luther King y retumba en mi cabeza el eco sublime de esta
memorable cita: “Tengo un sueño, un solo
sueño, seguir soñando, soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con
la igualdad, y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas”. Los políticos de
la época sueñan con el salario del erario público y viven de espaldas a la
responsabilidad moral.
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