No hay, en la vida política,
Sócrates. Hay monaguillos de la
política o, lo que es igual, un pobre bagaje de administradores de bienes
ajenos que, en ocasiones, utilizan como si fueran suyos. No hay políticos de
talla porque sencillamente no dan la medida. Algunos cuando tienen que utilizar
la palabra profanan la oratoria. ¿Qué diría D. Emilio Castelar?
Pues es fácil que D.Emilio pudiera decir:“Yo sólo sé que no sé nada"
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