La
clase política no está acostumbrada a la
crítica mordaz, porque además de considerarse intocables se piensan que son
dioses. Por lo visto el concepto de la humildad lo tienen en desuso, y quienes
discrepamos de actuaciones que están fuera de cualquier razonamiento, estamos
en el punto de mira, porque utilizar los principios de la libertad individual
no está recogido en el “DOCTRINARIO” de aquellos que harían del “bozal” la
forma de incautar la palabra para ser carceleros de su propia prisión.
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