domingo, 17 de noviembre de 2019

EN LA INTEMPERIE


Con el tiempo gélido mi pensamiento me lleva al mundo de los refugiados para no poder evitar la indignación. Poco importa a quienes gobiernan el mundo que mate el frío, el hambre y pasen calamidades impropias de cualquier tiempo. No hay derecho ver a personas en condiciones inhumanas deambulando sin patria, pan y justicia. La degradación del ser humano alcanza el infinito y se doctora en el maltrato colectivo al anochecer de cada días, porque la luz de quienes viven en el naufragio moral del universo la apagaron los moralistas de los derechos humanos.

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