Ayer fue el día del
lujo de la remembranza, de la nostalgia, de la invocación y del latifundio de
flores que inundan el secano de la vida y rinden homenaje a nuestros seres
queridos, que no estando siguen con nosotros. Día de miradas a tumbas para ver
lo que no vemos, día de fe pensando que ese mundo del misterio deje de serlo y
nos podamos encontrar lo que perdimos, día de dolor que solo alivia la
esperanza.
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