El lugar de conspiración de años pasados del socialismo, está situado donde habita el mosquito tigre. Allí cavaron la tumba política de Pepe Veiga. Aquellos personajes, poco reflexivos y austeros de la razón, diseñaron el boceto de lo que sería el desunir de no agrupar y el disociar y disgregar. El conjunto en sí es un despropósito deforme, y licencioso. El tiempo ha demostrado que para aquellos hombres de talento diluido, habría que cavarles la tumba para que Pepe Veiga, pala en mano, cubriera de tierra a tanto fariseo.
Evencio le tiene a Pepe un cariño especial, aquí como en otros post queda reflejado.
ResponderEliminarEl título de tu comentario es certero: el profesor está con vida y alejado de fariseos. El otro día compartí un café con él y está fenomenal. Ellos se lo han perdido.
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