Se predica mucho con la austeridad en los gastos públicos, pero pocos son los que son un ejemplo del predicamento repetitivo. Las fiestas son el detonante de gestiones poco púdicas. Aquí enseñan la cruda realidad. Escaso sentido común, y suma al debe de la cuenta. Así son los políticos, no hay conciencia de una realidad que abruma. De poco sirve buscar el atenuante, de hacer la misma inversión de hace dos años, cuesta trabajo echar la llave al despilfarro. Y resulta demoledor, tener que ver, lo que no quisiera ver, la cuesta abajo, de la sin razón.
Evencio: Esto ya es rancio, biene de lejos, y como bien dices, es una barbaridad ir sumando en la cuenta del debe.
ResponderEliminarLa Catalá, dejo alto el listón de los disparates en las fiestas veraniegas, para así acumular hoy, una deuda de 75.000.000 millones de euros. Y todavia, siguen con la misma dinamica. Hay que ser torpes.
ResponderEliminarAcordaros de la PANTOJA, y RAPAHAEL. Tiraron la casa por la ventana, en un ejercicio irresponsable, y caprichoso de la Sra. Catalá. Malos gestores de las arcas públicas.
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