El fuego ha dejado en la Comunidad Valenciana, un desierto
para no ver amaneceres llenos de vegetación, y la naturaleza con la tristeza
del óbito en sus propias carnes. No sé qué diría Carlos Linneo, científico,
naturalista y botánico, si pudiera ver semejante desastre. Pero seguramente el
noble, invertiría sus lágrimas, para apagar las llamas de la desolación. Mirar
a otra parte, es ver la vida, para evitar ver la muerte.
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